
Hace unos treinta años, nuestros padres tuvieron que enfrentar la inevitable y terrible realidad de tener que aprender, sí o sí, a usar Windows y las primeras versiones de Word y Excel. A un lado quedaron la pantalla negra del MS-DOS y las combinaciones de teclas (“comandos”) qué había que aprender de memoria para darle forma a los documentos. Algunos se negaron a aprender, convenciéndose a sí mismos, que era demasiado tarde para volver a aprender algo diferente, ya que “perro viejo no aprende trucos nuevos”; otros se enfrentaron al nuevo reto, ya sea con determinación o resignación, y decidieron aprender dejando a un lado los recuerdos de los dorados tiempos de las máquinas de escribir Olympia e IBM.
Bueno, pues parece que cada tanto la tecnología se encarga de recordarnos que lo que hemos aprendido o ya no sirve o ya no es suficiente. Ya no tiene mayor importancia si eras un usuario avanzado de Excel que podía crear tablas dinámicas o macros (incluso editar sus códigos), ahora debes saber por lo menos cómo presentar los datos con Power Bi o Tableau. ¿Que eras un experto en marketing? Pues ya no basta hacer la página en Facebook y publicar en marketplace, debes saber cómo montar tu sitio web, una tienda en línea, integrarla a las herramientas analíticas y redes sociales, gestionar su contenido, y mejorar su posicionamiento a través del SEO. Y ya no se diga de aquellos que dedicaron horas a aprender a usar Photoshop e Illustrator, y aquellos que se dedicaron años a aprender a programar, a quienes ahora la Inteligencia Artificial dice inmisericordemente y sin ninguna compasión: Quizás ya no los necesitemos.
Vaya, la verdad es que la situación no pinta nada bien, pero toca tomar el toro por los cuernos. Ya lo dijo Darwin: O nos adaptamos o desaparecemos, así que aquí les presentamos un plan de acción, compuesto de tres pasos, que usted puede seguir. Lo primero es la aceptación, las cosas cambiaron y seguirán cambiando porque esa es la naturaleza de la vida. Este cambio es inevitable y conlleva pérdida. Así que de nada sirve lamentarnos ni ignorarlo. De la misma manera que perdimos a la novia del instituto, no podemos seguir quejándonos interminablemente sobre ello uno, cinco o diez años después. Eso no es útil. De manera similar, aceptemos que nuestro conocimiento y habilidades están caducando aceleradamente, al igual que la leche qué expiró el fin de semana pasado o lo hará el próximo viernes. ¿Vas a vivir sufriendo el resto de tu vida por ello? No, señor, no somos críos, nos tropezamos y levantamos.

Una vez que hayas aceptado la realidad, reconocido que miles de personas están atravesando la misma situación, que muchos saldrán de ella victoriosamente y que si ellos pueden hacerlo, tú también, toca definir tu plan de acción. ¿Toca aprender marketing digital? Pues toca. ¿Aprender todo sobre la IA para sacarle provecho? ¿Quién dijo miedo? ¿Integrar un CRM a tu negocio? ¡Pues lo hacemos! Lo importante acá es definir qué conocimiento necesitamos, en qué orden lo aprenderemos y de quién lo haremos. La sugerencia es que este aprendizaje sea ordenado y estructurado. Como todos somos distintos, algunos aprenderán leyendo un libro, otros a través de tutoriales en YouTube, y algunos más podrán costearse un curso en línea certificado.
“Señor Steven, señor Steven, me está pidiendo mucho, usted no me conoce, yo ya estoy viejo, no espere tanto de mí, no tengo tiempo, además me da miedo” ¿Pero qué tontería es ésta? Por supuesto que tienes tiempo, tiempo que desperdicias consumiendo, dando like y compartiendo opiniones con personas a quienes no les interesa ni les interesará jamás el desafío que actualmente estás atravesando: El crecer como ser humano. Y si tienes duda, descarga una app de bienestar digital y observa cuánto tiempo “inviertes” en Facebook, Instagram, WhatsApp, TikTok y YouTube. Con eso tienes. Así que no hay excusas, manos a la obra, que este 2025 se trata de crecer. Tu tiempo en las redes sociales no paga las cuentas. O aprendes o te extingues.
Inteligente y sarcástico, con un toque de obstinación estratégica. Observador nato, a veces tan perspicaz que asusta. Amante del café y el chocolate.
- El señor Frogg y la señorita TTpor Ted WattzEl señor Frogg regresó a su país en la Navidad de 1997, luego de obtener su doctorado en la Universidad... Lee más: El señor Frogg y la señorita TT
- Gatos: Maestros de Inteligencia Emocionalpor StevenEn un mundo lleno de exigencias, tropiezos y desilusiones, un animal puede enseñarnos más de lo que creemos: El gato.... Lee más: Gatos: Maestros de Inteligencia Emocional
- Cómo enfrentar el Estréspor StevenYa sea que hayas aplicado para un puesto base, intermedio o gerencia, es probable que entre los requisitos hayas encontrado... Lee más: Cómo enfrentar el Estrés
- Retos Personales en una Era Digitalpor StevenHace unos treinta años, nuestros padres tuvieron que enfrentar la inevitable y terrible realidad de tener que aprender, sí o... Lee más: Retos Personales en una Era Digital
- El Verdadero Conflicto entre Perros y Gatospor Malena De La RochaHubo una vez hace mucho tiempo un perro muy inteligente. Era tan inteligente que, a pesar de que los gatos... Lee más: El Verdadero Conflicto entre Perros y Gatos
- Una Breve Nota sobre la Agresividadpor StevenProbablemente todos, o la mayoría de los seres humanos, nos hemos enfrentado a una situación en la que nos ha... Lee más: Una Breve Nota sobre la Agresividad